Groenlandia-Sudán 1987
- Fecha de inicio: Marzo 1987.
- Fecha de finalización: Septiembre 1987.
- Punto inicio / fin: Aasiaat (Groenlandia)-Frontera Egipto-Sudán
- Kms. totales: 13.000 kms.
- Meses de expedición: : Siete meses
- Retos conseguidos: Viaje del Ártico al Sáhara.
Comienzos en Groenlandia
En marzo de 1987, Ramón Larramendi y José Bellido regresan a Groenlandia, a Aasiaat, para conocer el país y aprender a manejar el kayak en tierras polares. Fue en esa estancia en el oeste de Groenlandia donde Larramendi comenzó a diseñar su gran expedición Circumpolar, que iniciaría tres años más tarde. Durante varios meses, recorrieron el territorio en esquís, caminando, en kayak, hasta que caducó el permiso de tres meses que tenían, truncando sus planes de pasar el verano en el Ártico.
Una vez en Copenhague, Larramendi decidió no volver a casa, sino continuar su aventura. Durante varias semanas recorrió Noruega, hasta llegar a Cabo Norte, desde donde bajó hasta Finlandia, Suecia y Alemania. En Berlín Este, intentó cruzar el Muro como turista, pero la policía se lo impidió. Todo ese recorrido lo realizaba haciendo auto-stop.
De Alemania a Turquía
Desde Alemania, intentó cruzar a Yugoslavia y tampoco lo consiguió, pero cruzó el continente por Italia, de donde pasó a Grecia y Turquía, que atravesó sin problemas gracias a la hospitalidad de la población.
Una vez allí, pasó a Siria, el único país en el que no hizo auto-stop por el riesgo que suponía dado el régimen político imperante. Cruzó el país en autobuses, con una parada en Damasco, hasta la frontera con Jordania, donde retomó la aventura de auto-stop, siempre buscando el contacto con las personas de diferentes culturas con las que se encontró en el camino.
En el Sáhara
Desde Jordania llegó a Egipto, ya inmerso plenamente en el mundo del desierto, donde aprovechó para conocer los restos de la antigua civilización faraónica. Llegó hasta el Mar Rojo con el objetivo de atravesar Sudán, el Chad y regresar por el norte de África. Sin embargo, para entonces ya le quedada muy poco dinero, así que en la frontera entre Egipto y Sudán decidió dar la vuelta e iniciar el regreso, algo que hizo siguiendo el curso del Nilo, también haciendo auto-stop en el desierto. En ocasiones, dormía en puestos militares, a veces acampando con ellos varios días. Finalmente, llegó a Alejandría. Desde allí, fue a Italia y regresó a España.
En su periplo desde los fríos hielos polares al desierto africano, Larramendi asegura que la huella más importante se la dejaron todas aquellas personas con las que convivió.