Fin de la aventura científica sobre un Río de Hielo en el Ártico

Después de 28 días y 1.200 kilómetros recorridos, el Trineo de Viento finalizó el día 22 de junio la expedición Río de Hielo Groenlandia 2017 con el eco-vehículo polar. Llegaba ese día al punto de partida, la localidad de Kangerlussuaq.  En la travesía, Ramón Larramendi y otros cuatro tripulantes viajaron desde las cercanías de la costa suroeste hasta la base científica EastGRIP, cerca del noroeste con el objetivo de recoger datos para varios proyectos científicos internacionales, demostrando así el potencial del convoy para la investigación en el Ártico y la Antártida.

La expedición Rio de Hielo llegó  el 20 de Junio a EastGRIP, una instalación situada sobre la misma corriente de hielo en la que los tripulantes habían pasado la última semana realizando diversos trabajos. “Ha sido una expedición  en la que el Trineo de Viento no ha tenido ningún problema técnico y hemos cumplido todos nuestros planes. El tiempo nos ha acompañado y ha quedado claro que este vehículo sirve para hacer ciencia limpia y eficiente en los territorios polares, algo que el científico australiano, Ross Edwards, que venía con nosotros, ha comprobado sobre el terreno”, señalaba Larramendi a su llegada a Kangerlussuaq.

Durante la expedición Río de Hielo, patrocinada por la agencia de viajes Tierras Polares y apoyada por la base EastGRIP y el proyecto Dark Snow, se han recogido muestras de nieve e información para cinco proyectos científicos internacionales diferentes, relacionados todos con los impactos que tiene el deshielo del Ártico, su origen y sus consecuencias.

A la aventura de atravesar un territorio prácticamente desconocido, se sumaba así el reto de conseguir datos para que los modelos climáticos se ajusten lo más posible a la realidad. Asimismo, sirvió para definir nuevas mejoras en el convoy Trineo de Viento, sobre todo en lo relativo al suministro energético de los dispositivos, que se realiza mediante placas solares, y al diseño de los mandos de la cometa. Si bien durante toda la aventura científica la meteorología fue propicia, soportaron temperaturas de hasta -28ºC por la noche y durante el día registraban temperaturas cercanas al deshielo, de -2,5º. Predictores de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) les facilitaban las predicciones.

Los cinco tripulantes fueron en esta ocasión Larramendi, el científico Ross Edwards, el guía polar Hilo Moreno, el productor audiovisual Nacho García (The Beagle Productions) y el groenlandés Jens Jacob Simonsen.  El Trineo de Viento se quedó, totalmente desmontado, en el interior de la base científica, a la espera de posibles nuevas expediciones en 2018.

Durante los primeros 10 días de travesía, los expedicionarios se dirigieron hacia el norte de Groenlandia, ascendiendo desde los 2.000 metros hasta los 3.012 metros de altitud, con una carga de 2.000 kilos, que fue incrementándose con las muestras de nieve que recogía Edwards. Una vez en la parte más alta de Groenlandia, se encontraron con la corriente de hielo que comienza en la otra vertiente, la Northeast Greenland Ice Stream (NEGIS), que se estima que avanza unos 100 metros al año arrastrando grandes masas de hielo al océano y que se estudia precisamente en la base EastGRIP. Durante otros 10  días, pararon cada 20 kilómetros, hasta completar un total de 12 agujeros. Asimismo, fueron recogiendo muestras del aire polar y datos con un georradar capaz de obtener datos a 25 metros de profundidad.

Tras su llegada a la instalación EastGRIP, en la que se encuentran ahora 36 científicos de 12 nacionalidades, tuvieron ocasión de  informarles del potencial del Trineo de Viento. “Hay un gran interés en sus posibilidades”, aseguraba Larramendi. Son nuevos aliados que se suman a los científicos que han participado en Río de Hielo 2017.

La expedición está patrocinada por la agencia de viajes Tierras Polares y apoyada por EastGRIP, Dark Snow y la Sociedad Geográfica Española.

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