Larramendi llena el Ateneo de Madrid

El explorador polar Ramón Larramendi reunió, en un evento convocado dentro de la Semana de la Ciencia de Madrid, a 350 personas, el aforo completo del histórico salón de actos del Ateneo de Madrid, donde resumió los hitos para conocer ayer, de primera mano, la aventura ‘Río de Hielo Groenlandia 2017‘ de la mano de sus protagonistas, en un evento enmarcado dentro de la Semana de la Ciencia. Durante más de dos horas, el público pudo adentrarse en lo que es una expedición polar con el vehículo  Trineo de Viento (Inuit WindSled) diseñado por el explorador.

Los protagonistas del acto fueron, en primer lugar, el propio Larramendi, que estuvo acompañado por los expedicionarios Hilo Moreno y Nacho García y por el destacado científico polar Antonio Quesada, responsable del Comité Polar Español. Entre el público también se encontraban expedicionarios que han viajado en el Trineo de Viento en otras ocasiones, como Manuel OliveraJavier Selva e Ignacio Oficialdegui, así como investigadores cuyos proyectos también han participado en la expedición o que tienen interés en el proyecto.

Ramón Larramendi abrió la conferencia con una intervención en la que recordó sus orígenes como explorador (lleva recorridos ya más de 30.000 kilómetros por el Ártico y la Antártida) y los primeros pasos del Trineo de Viento. “Comprendí desde el principio que hay que contar con la sabiduría de los pueblos indígenas como los inuit, que conocen perfectamente su territorio, porque lo más sencillo es lo más eficiente cuando te mueves en un entorno con condiciones extremas”.  A continuación, comentó los detalles más importantes de una expedición a un ‘río de hielo’ (una gigantesca corriente lenta de hielo en movimiento en el noreste de Groenlandia) en la que este año no se encontraron con graves dificultades. “No tuvimos ninguna tormenta importante, como el año anterior”, señalaba. “Tampoco largos ‘parones’ por falta de viento. Todo fue muy bien hasta llegar a la base EasGRIP que era nuestro destino”.

A continuación, el expedicionario Hilo Moreno hizo un repaso de los trabajos científicos que desarrollaron y cuyos resultados aún están pendientes de publicar por los investigadores. “Con nosotros viajó el investigador Ross Edwards, pues el trabajo principal era hacer una serie de agujeros de más de dos metros de profundidad en puntos determinados del recorrido para un proyecto denominado ‘Dark Snow” que estudia el impacto de los incendios y la contaminación en el oscurecimiento de la nieve”, señaló. “Pese a lo que pueda parecer, alcanzamos todas las coordenadas con una gran precisión, y parábamos el trineo justo al lado de esos puntos, incluso encima alguna vez”, comentó Moreno. También dió detalles de cómo recogió datos sobre sus constantes vitales para un estudio en marcha sobre el impacto de condiciones extremas climatológicas en los expedicionarios polares, así como sobre las dificultades de trabajar en el Ártico y la Antártida. “Desde luego, no es tan cómodo como un laboratorio calefactado como los que tenemos en las bases de la Antártida, pero permite movernos miles de kilómetros recogiendo datos”, argumentó.

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